Causas del
SPM
Como no se conocen con certeza las causas
precisas del SPM, abajo se enumeran las que hoy son
más aceptadas:
- Sensitividad hormonal anormal – Algunas mujeres
pueden que sean más responsivas a los niveles normales
de la progesterona librada en la sangre durante
la segunda mitad del ciclo
menstrual. Un efecto de esta sobre-sensitividad a la
progesterona es la reducción de los niveles cerebrales
de un neurotransmisor llamado la serotonina, cuyas actividades
controlan nuestras emociones. - Algunos elementos presentes en la comida –
Algunas autoridades consideran que los síntomas del SPM
puede que sean resultado (de) o agravados (por) la carencia en
la dieta de ciertas substancias nutritivas como lo son el
magnesio y el calcio. La evidencia para soportar estas
aseveraciones especulativas aún no existe. - El abuso de las grasas y del
azúcar. - Ciertas personas creen, asimismo, que infecciones
banales de la vagina pueden causar el SPM.
El veredicto final siendo (que): las causas de esta
condición aún permanecen
misteriosas.
Formulando el diagnóstico
No existen pruebas de
laboratorio
específicas para establecer un diagnóstico indiscutible en esta
situación. El médico llega a sus determinaciones
clínicas y diagnósticas basado en el análisis de la recapitulación de los
síntomas presentados por la paciente.
Buena medicina, para
todos los médicos, es la de conducir pruebas de
laboratorio y un examen físico para eliminar otras causas
que pudieran producir los síntomas de
presentación.
La determinación de los niveles hormonales
sanguíneos de la paciente debe de ser considerados en
algunos casos especiales.
Tratamiento del
SPM
Muchas mujeres aceptan estoicamente la presencia del
SPM, el cual consideran parte y parcela del destino de Eva. Pero,
cuando los síntomas son severos, algunos tratamientos
existen.
Soporte mutuo o auto apoyo (self-help)
En esta situación, tan nebulosamente entendida,
cualquier remedio y cualquier forma de soporte, puede ser
considerada de utilidad
probable
- Ejercicios aeróbicos – El ejercicio
puede aliviar los síntomas. Pero debe de ser hecho con
regularidad, y no sólo cuando aparecen los
síntomas. - Evitando los estreses del hogar y del trabajo
cuando el período se aproxima. Esta sugerencia es
más fácil de impartir que de llevar a
cabo. - Solicitando el soporte, el apoyo y el entendimiento
de todos los seres cercanos. Ayuda mucho. - Algunas mujeres sucumben a los anuncios de revistas y
deciden tomar compuestos vitamínicos, muchos de los
cuales puede que sean anodinos. Pero, debe de tenerse en cuenta
que las vitaminas en
dosis excesivas pueden ser muy peligrosas. - Suplementos de calcio y magnesio (remedios populares)
pueden ayudar, pero la eficacia de los
mismos no está rigurosamente establecida… - Muchas mujeres usan té herbales y tisanas
caseras con buenos resultados. En los EE.UU. existe una
industria,
de reputación dudosa, que vende remedios
naturopáticos que son potencialmente dañinos.
Estos hay que evitarlos.
En nuestra experiencia profesional, el uso de una dieta
natural (me refiero a la "Dieta
Paleolítica") evitando el azúcar refinado, las
grasas y los estimulantes. Remedio lógico, efectivo y el
más barato.
Medicinas
Dependiendo en la magnitud y en la severidad de los
síntomas, el médico posee un arsenal, sencillamente
modesto, de agentes farmacológicos para
confrontarlos.
- Ácido Mefenámico (eg Ponstan) es
un tipo de analgésico cuya utilidad es admitida para
combatir los síntomas del dolor. El médico (no
la paciente) debe de determinar la dosis. - Las píldoras contraceptivas se utilizan con
éxitos muy exiguos y resultados limitados. - Algunos diuréticos pueden reducir el edema y
las molestias con éste asociadas. - Algunas medicinas antidepresivas se han utilizado.
Pero, como éstas no actúan con rapidez y, como
poseen la tendencia a producir efectos secundarios, a veces
sorprendentes, su uso es muy limitado. - Agentes ansiolíticos se usan frecuentemente.
Pero, los resultados son inciertos y sus tendencias adictivas
prohíben su uso por mucho tiempo. - Algunos médicos prescriben los
estrógenos en dosis bajas, porque éstos previenen
la ovulación. Esta práctica se observa, a pesar
de que no existe evidencia alguna de que la ovulación
por sí misma está involucrada en la
etiología del SPM. - Otros agentes como lo son el uso de hormonas,
diferentes de las mencionadas, tampoco aseguran
alivio. - El Danazol (medicamento que puede causar
masculinización en la mujer,
producir crecimiento excesivo del pelo y darle una textura
bituminosa a la piel) y la
Bromocriptina (frecuente causa de náusea y vómitos)
constituyen los remedios disponibles para combatir el
SPM.
Consideremos, entonces el SPM desde un punto de vista
de la Medicina Evolucionista y trasladémonos en nuestras
fantasías al África de hace unos 45 mil
años — donde vivíamos en la paz merecida por
los seres justos e inocentes que éramos.
La tensión premenstrual representa un estorbo,
porque interfiere (como todos sabemos) con las relaciones
cordiales, reproductivas y tranquilas entre los dos sexos. —
el estado
natural.
Veamos aquí un síntoma (omitido por los
expertos en los manuales
diagnósticos); pero que a menudo aparece durante el SPM:
los de las apremios incontrolables por el consumo de
comidas dulces, repletas de altas densidades calóricas y
por comidas que se consumen con frecuencia excesivas
("picar").
Además, de los síntomas del apetito
excesivo. Los mencionados, de la irritabilidad y la emotividad
de la mujer
tenderían a alejar al hombre en el
preciso momento durante el cual la concepción es
posible.
¿Se equivocó La Naturaleza?
— Yo creo que no.
La aparición del SPM está relacionada
con la posibilidad reproductiva de la mujer. No existe antes
del desarrollo
sexual secundario y cesa durante la menopausia (sea ésta
normal o quirúrgica).
La mujer retiene líquidos para no deshidratarse
cuando la descarga menstrual ocurre y procura comidas con
densidad
alimenticia elevadas, para tener en reserva acumulaciones
grasas, por si sale embarazada.
La irritabilidad excitable, es donde la Naturaleza
"muestra" su
selectividad evolucionista. No todos los hombres son aptos para
ser compañeros efectivos para toda mujer. Un hombre
impaciente (inmaduro), otro violento (abusivo), otro
oportunista (que desea impregnar a tantas mujeres como pueda);
no constituyen individuos deseables para aparearse con
ellos.
Pero, un hombre que, como los pájaros del
paraíso que construyen sus nidos elaborados; para
confirmar a la hembra, durante el cortejo, que son los mejores
para ella. Un hombre, que logra frustrar y eliminar con sus
avances delicados, las resistencias
instintivas naturales de la mujer, será quien, al final,
la poseerá. Para eso "sirve" el SPM.
El SPM no está a punto de desaparecer ni
está a punto de ser "remediado". Porque como sucede con
la virginidad, la Naturaleza no ha gozado del tiempo requerido
para efectuar sus cambios evolutivos.
Obra citada:
Larocca, F. E. F: La Dieta Paleolítica…
Paraíso Perdido…
(Trabajo científico presentado durante La
Primera Conferencia de
Arqueología del Caribe en el Museo Regional de
Arqueología de Altos de Chavón, el 19 de agosto del
año 1995. Evento patrocinado por la
Organización de Estados Americanos [OEA].)
Lecturas adicionales
Larocca. F. E. F: Virgen
Larocca, F. E. F: De la Menopausia Humana y de sus
Eficaces Funciones
Adaptivas: La Presentación de un Modelo
Evolucionista
Apéndice
De la
Menopausia Humana y de sus Eficaces Funciones Adaptivas:
La Presentación de un Modelo Evolucionista
La menopausia es definida: como el tiempo en la vida de
la mujer cuando la función
cíclica del ovario, manifestada por los períodos
menstruales, cesa. Esta parte normal de la vida
reproductiva generalmente comienza a los 51 años de edad,
pudiendo igualmente suceder, sin riesgos en
todos casos diez años antes, y aún después.
Los "síntomas" y los signos de este
período evolutivo están relacionados estrechamente
a la reducción fisiológica de las concentraciones
de los estrógenos circulantes en la sangre.
Las manifestaciones más comunes de su comienzo
son los ataques rápidos de calor (los
llamados "sofocos"), el insomnio, las palpitaciones, la frialdad
de las manos y de los pies, los dolores de cabeza, la ansiedad,
la irritabilidad, el vértigo, el nerviosismo, la depresión,
la fatiga, la falta de concentración con pequeñas
pérdidas de la memoria, y
la acumulación de peso.
El síntoma subjetivo más molestoso es el
flujo rápido de calor (el sofoco), durante el cual la
mujer se siente sobrecogida por una sensación
súbita y fastidiosa de calor repentino seguida
comúnmente por sudores profusos.
Es ésta una sensación cuya duración
fluctúa de entre unos escasos segundos, hasta unos cinco
minutos. Mientras esta experiencia tiene lugar, la piel,
especialmente la de las regiones del cuello y la cabeza se
ruborizan y se calientan. La producción de sudor es profusa, cuando el
bochorno llega.
Otros cambios que frecuentemente se manifiestan durante
este período normal de la vida son la disminución
de la lubricación del epitelio vaginal y la
reducción del volumen
ovárico. Con la cesación de los períodos
menstruales por seis meses consecutivos, cualquier hemorragia de
origen vaginal que ocurra debe de investigarse minuciosa y
exhaustivamente, ya que es causa para la mayor alarma.
La menopausia se sabe que existe casi exclusivamente en
la mujer de la raza humana, habiéndose reportado solamente
la existencia de ésta en otras hembra, la de un marsupial
pequeñísimo, aborigen del continente Australiano y
la de unos roedores oriundos del Brasil.
El climaterio (como también se conoce la
menopausia) es una función evolutiva y adaptiva que fue
diseñada por la Naturaleza para prolongar la vida de la
hembra de nuestra especie más allá del fin de su
edad reproductora.
En la mayoría de las especies, el fenómeno
de la muerte
está programado para que coincida muy pronto con la
terminación de la función reproductiva. En el ser
humano, sin embargo, la vida continúa décadas
más allá del fin de la capacidad para procrear
hijos.
Nuestro climaterio posiblemente resultó de dos
características las cuales son casi exclusivas nuestras:
una es el peligro excepcional que alumbrar un niño puede
representar para algunas madres viejas, y la segunda, consiste en
el peligro para los hijos que representa la muerte
prematura de la madre.
Cuando se pondera, que una madre gorila pesando
más de doscientas libras, pare bebés que pesan
solamente cuatro libras; y cuando se reflexiona en el hecho de
que una mujer, pesando cerca de ciento diez libras, generalmente
da a luz a
bebés quienes fácilmente pesan el doble de lo que
pesa un gorila, se puede entender de modo muy simple los riesgos
inherentes que la maternidad puede significarle a la mujer de
nuestro género.
Años antes de los progresos logrados por la obstetricia y
la neonatología modernas, las mujeres morían
frecuentemente durante el parto.
El segundo factor es la dependencia, a veces prolongada,
del ser humano en los cuidados maternos (y por ende,
también en los paternos).
Un infante gorila o chimpancé, muy pronto se
emancipa de sus padres, asistiendo en procurar sus alimentos y
defendiéndose hábilmente contra posibles peligros.
Pero, porque el niño humano se desarrolla de un modo tan
paulatino, este permanece incapaz de sobrevivir por sí
mismo hasta una edad relativamente avanzada. La muerte de una
madre en nuestro estado
original de cazador/recogedor, resultaría en mortandad
segura para su progenie.
La fórmula reproductiva para la mujer humana es
la siguiente:
- Sólo un embarazo
anual, el cual no debe de ocurrir antes de los 12 a los 16
años. - La función sexual conducida en la intimidad de
una atmósfera privada (y no en público
como sucede generalmente con otros primates). - La terminación de la función
reproductiva (la menopausia) a una edad cuando las funciones de
la mujer pueden ser adaptadas a las demandas colectivas y para
el beneficio de la tribu.
La menopausia es otra de las funciones adaptivas y
naturales la cual ha caído en manos de quienes desean
transformarla en un achaque, o aún peor en algo que temer.
Lo que ha sucedido con el comer y la sexualidad.
Basado en la experiencia con las hembras de grupos humanos
pobres y primitivos (aquellos grupos quienes no tienen acceso, y
no hacen caso a los charlatanes): la menopausia…
simplemente, pasa.
Bibliografía
Diamond, J: The Third Chimpanzee: The Evolution and
Future of the Human Animal (1992) Harper Collins
NY
Mayr, E: Evolution and the Diversity of Life
(1997) Belknap Press London
Kuper, A: The Chosen Primate: Human Nature and
Cultural Diversity (1994) Harvard University Press
Cambridge
Dr. Félix E.F. Larocca
Página anterior | Volver al principio del trabajo | Página siguiente |